Aunque normalmente cocino sola he de reconocer que resulta mucho más enriquecedor y divertido hacerlo con alguien, ya sea compartiendo plato o cada cual con el suyo. Y no sólo porque la opinión de la otra persona te ayude o porque aprendas del compañero/a de turno: recetas, truquillos o simplemente vías diferentes para llega al mismo sitio; todo suma. Pero lo mejor es que acabas compartiendo mucho más que sabiduría culinaria y es que la conversación fluye fácilmente, tocando temas de lo mas variopinto, las risas suelen surgir con frecuencia y se suceden entre mazas de mortero y cucharas de palo, entre fritadas y cocciones y entre consultas y opiniones:
_ Prueba esta salsa. ¿Pongo un poquito más de sal?
_Yo le daría un punto picante.....
Se entremezclan alegremente con el último libro leído, los últimos descubrimientos (en cualquier ámbito), los mejores chollos, las preocupaciones, las alegrías, las dolencias más recientes... Y es que puedo certificar que las cosas compartidas son mucho más interesantes, los chollos: enormes, las alegrías inmensas, y los dolores y las preocupaciones..., los dolores duelen mucho menos y de las preocupaciones te olvidas, aunque sólo sea un ratito.
Ingredientes (para 4 raciones):
- 4 cuartos traseros de pollo
- 2 dientes de ajo
- 1 hoja de laurel
- 1 rama de romero
- 1 rama de orégano
- 5/7 cominos secos
- 1 o 2 clavos
- Tomillo seco*
- Eneldo seco*
- Un chorrito de vino blanco
- Sal (mejor gorda) y pimienta negra
- Aceite de oliva virgen extra
Elaboración:
Pon el pollo, limpio y retirado el exceso de piel y grasa, en una bandeja o fuente adecuada para el horno. Adereza con sal, pimienta negra, el tomillo y el eneldo. Pela los dientes de ajo y máchalos en el mortero junto con la hoja de laurel hecha pedazos y unos granos de sal. Añade el vino y reparte la mezcla por ambos lados del pollo. Introduce en el centro de la fuente la rama de romero y de orégano, los clavos y distribuye el comino. Riega con un chorro de aceite y deja macerar unas 2 horas.
Precalienta el horno a 200º. Introduce el pollo y deja que se haga unos 50/60 minutos. El tiempo depende un poco del horno y del tamaño de las piezas de carne. Sabrás que está en su punto cuando la carne se separe del hueso, entonces pon el gratinador, sube la altura de la fuente y deja que se dore por ambos lados. Tienes que estar muy pendiente para que no se queme. Si ves que se seca demasiado mientras se hace, añade un poco más de vino, incluso un poco de agua, pero ojo, no te excedas o no quedará crujiente.
Un poco de ensalada acompañará perfectamente este plato |
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