Últimamente le he cogido el gusto a las croquetas. Cada vez las hago de sabores distintos y con unos resultados muy satisfactorios. El último descubrimiento han sido los mejillones; no recordaba haberlas comido nunca, pero un día que me habían sobrado unos cuantos de alguna otra receta se me ocurrió que podrían quedar bien en croquetas. Y efectivamente, quedaron estupendas.
En esta ocasión a las sobras se unieron unos restos de rape extraídos de unos huesos que me habían servido para hacer un sabroso caldo, que utilicé a su vez para potenciar el sabor de las croquetas. El caldo es opcional, pero sí debo deciros que para mi se ha convertido ya en imprescindible, pues creo que le aporta un punto de sabor muy interesante a la besamel. Las cantidades exactas de harina y líquido (caldo y leche) son importantes, aunque, como la cantidad de líquido se irá añadiendo poco a poco (lo verás en la elaboración), siempre tendrás la opción de añadir un poco menos o un poco más, dependiendo de como vaya quedando el espesor de la besamel. No olvides que tiene que quedar espesa, pero con una textura bien fina y en ningún caso con aspecto de "cemento". La croqueta debe deshacerse en la boca, nunca quedarse pegada, con esa sensación de que no hay quien trague esa pasta.
Estoy segura que con paciencia lo conseguirás, si no es en el primer intento date una segunda oportunidad. Ánimo!!!!
Ingredientes (para unas 24 croquetas):
- 12 mejillones abiertos al vapor
- 100 gr. de rape cocido y desmenuzado
- 2 cucharadas de harina (colmadas, haciendo montoncito)
- 1/4 l de caldo de pescado (opcional)*
- 1/4 l de leche (si no utilizas caldo será 1/2 litro)
- 1 diente de ajo
- aceite de oliva virgen
- sal
- 1 o 2 huevos
- harina
- pan rallado
*Puedes abrir los mejillones con un chorrito de vino blanco. Retira los mejillones, cuela el caldo resultante y mezcla o sustituye por el caldo de pescado.
Elaboración:
Retira la concha a los mejillones y pícalos finamente. Reserva junto con el rape desmenuzado.
Pon un recipiente a fuego suave con cuatro cucharadas de aceite. Mientras se calienta, pica el diente de ajo finamente, que quede casi triturado, introduce y deja que se haga sin dejar de remover. Antes de que se dore incorpora la harina y remueve enérgicamente, mejor con varilla, durante un minuto más o menos y empieza a añadir el caldo poco a poco, sin dejar de remover. Añades un chorrito de caldo y remueves hasta que quede incorporado a la besamel, entonces vuelves a añadir otro chorrito y así sucesivamente hasta incorporar todo el caldo y la leche, y haber alcanzado el punto óptimo de espesor y finura. Pon un poco de sal. Añade los mejillones y el rape desmenuzados y deja que se haga el conjunto 10 minutos. Ten en cuenta que todos los pasos debes hacerlos a fuego muy suave y remover casi constantemente. El resultado ha de ser una masa lo suficientemente espesa que se despegue del fondo de la cazuela pero bien fina.
Pasa la masa resultante a un recipiente cuadrado o rectangular, previamente remojado con agua fría, y deja reposar en el frigorífico tapado con film transparente, mejor toda la noche.
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