Siempre que hago croquetas recuerdo a mi madre, sentada a la mesa de la cocina, dando forma a cada trozo de masa, pasándolo después por el huevo batido y por el pan que previamente había rallado. Claro que siendo un plato que formaba parte de nuestro menú cotidiano y teniendo que alimentar a seis bocas en edad de crecer, era algo que ella hacía con relativa frecuencia. Además es una manera ideal para el aprovechamiento de restos y sobras de otros platos; ¿quien no ha comido alguna vez las riquísimas croquetas de los restos de carne del cocido?
Hoy quiero explicaros como formar las croquetas, el método que a mi me resulta más cómodo y efectivo. Empezaremos por dejar la masa en reposo en un recipiente cuadrado o rectangular (yo suelo utilizar un tupper), previamente remojado con agua fría y escurrido para evitar que cuando enfríe se quede pegada. Es mejor que la dejes reposar toda la noche en el frigorífico tapada con film transparente de cocina.
Vuelca la masa con cuidado sobre un plato o bandeja y córtala en tiras de aproximadamente dos centímetros y medio; espolvorea la encimera con harina, pon la primera tira de masa y redondea un poco presionando ligeramente con tus manos, como si manejaras un rodillo.
A continuación corta con un cuchillo en tantos trozos como quieras, dependiendo del tamaño que pretendas hacer las croquetas y acaba de darlas forma sobre la harina.
Pásalas después por huevo batido y remata con el pan rallado. Repite el mismo proceso con cada tira.Ya están listas.
Ideas:
Si vas a freírlas inmediatamente después de hacerlas, es mejor que las introduzcas un ratito en el congelador para que se endurezcan.
Fríelas en abundante aceite; introducelas cuando éste esté bien caliente y deja que se doren por todas sus caras. Después de fritas ponlas sobre papel de cocina absorbente para eliminar el exceso de aceite.
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