jueves, 19 de junio de 2014

CREMA FRÍA DE CANGREJO


Siguiendo con mi empeño de cocinar cosas apetecibles y sencillas para este verano, quiero presentaros esta receta que me encontré por casualidad y me pareció curiosa. Reconozco que me llamó la atención porque a mi hija la encantan los palitos de cangrejo y como me cuestan un poco que pruebe platos nuevos, siempre suelo andar buscando recetas que puedan gustarle.
Los palitos de cangrejo, también llamado boca de mar o surimi, son en realidad un producto industrial con el sabor característico de los cangrejos. Diremos en su favor que es económico y muy versátil, sobre todo para utilizar en ensaladas.
En favor de la receta podemos decir que es muy sencilla de hacer y el resultado es bastante gratificante. Además de ser ideal para tomar fría, puedes dejarla hecha con bastante anterioridad, lo que convierte este plato en un buen recurso de la cocina de verano.
Te animo por ello a que la pruebes y me cuentes tu experiencia. 


Ingredientes (para 4 raciones):
  • 2 puerros
  • 12 palitos de cangrejo
  • 1 rebanada de pan
  • 1/2 vaso de leche evaporada
  • Aceite de oliva
  • Sal y pimienta.
Elaboración:

Limpiamos bien los puerros y los troceamos. Ponemos 2 o 3 cucharadas de aceite de oliva en una cazuela y rehogamos los puerros a fuego lento. Cuando se ablanden y sin que se doren, añadimos la rebanada de pan cortada en dados y dejamos que dore ligeramente. Ponemos un litro (aproximadamente) de agua, pizca de sal y dejamos hervir 15 minutos.
Mientras cortamos los palitos en rodajas. Pasado el tiempo de cocción, los incorporamos a la cazuela reservando algunas rodajas para decorar. Dejamos hervir 5 minutos todo junto.
Probamos de sal, rectificamos si es necesario y molemos sobre la mezcla una pizca de pimienta. Trituramos bien con la batidora e incorporamos la leche evaporada. Batimos bien hasta que quede una crema fina.
Distribuimos en los recipientes en que vamos a servir la crema y dejamos enfriar en la nevera.
Decoramos con las rodajas reservadas y a comer.



Puedes decorar también con unas hojas de perejil bien picado.




GAZPACHO DE CEREZAS


Estamos en plena temporada de cerezas, por lo que se convierte en el producto imprescindible de la cesta de la compra durante, al menos, todo el mes de junio. 
Creo que la mejor manera de disfrutarlas es comerlas tal cual; eso sí, bien tersas y fresquitas, lo que conseguiremos sumergiéndolas unos minutos antes de comerlas en un bol con agua y hielo. 
En todo caso, te recomiendo que pruebes este gazpacho porque, sobre todo si hiciste el de fresas y te gustó, te sorprenderá la diferencia de sabor entre ambos. Además de aportar su propio sabor, la fruta que añades al gazpacho matiza también el sabor del resto de los ingredientes. Así, por ejemplo, las fresas incrementaban los sabores ácidos, mientras que las cerezas le dan un contraste muy interesante con el punto dulce que le aportan. En definitiva, son tan diferentes, que tendrás que probar ambos.



Utilizamos por tanto la misma receta que para el gazpacho de fresas, poniendo los mismos ingredientes y siguiendo los mismos pasos hasta el momento en que añadimos la fruta, que cambiaremos las fresas por la misma cantidad de cerezas (si son de gran calibre y muy dulces, pon menos cantidad), porque aunque tengan hueso, su sabor es más intenso. Continúa después siguiendo las pautas de la receta. 




Tomar gazpachos o sopas frías es una buena manera de hidratarse y muy apetecible cuando el calor hace que nuestro apetito disminuya. Además en verano apetece menos cocinar con calor. Por eso te recomiendo que tengas siempre en el frigorífico una jarra con algún gazpacho y si te vas al campo o a la playa, llévalo en la nevera, verás que éxito.Ya te iré dando alguna receta más de otras variedades para este verano, mientras tanto no dejes de probar este gazpacho, te encantará.




martes, 10 de junio de 2014

SALMOREJO

El secreto de un buen salmorejo no reside en la cantidad justa de cada uno de sus ingredientes sino de las características de, sobre todo, los dos principales: el tomate y la miga de pan. Así unos tomates con bastante agua requerirán más miga de pan o que esta última sea más densa y por lo tanto absorba más líquido. Por eso más que una receta, lo que te doy son unas pautas para que con ellas vayas viendo sobre la marcha si debes añadir o no más cantidad de algún ingrediente.
Los tomates deben estar bien maduritos y por supuesto, cuanto más sabrosos, más rico te quedará. La miga de pan también es muy importante; cuanto más compacta y densa sea, mejor, de esas que cuando se remojan quedan bien integradas con el líquido.
Si es la primera vez que haces salmorejo, tómate tu tiempo, hazlo despacio y con tranquilidad. Tritura muy bien los ingredientes y prueba la mezcla para analizar no solo el sabor (punto de sal, vinagre, ajo ...) sino también la textura que, ha de ser fina pero sin olvidar que tiene que quedar un puré espesito. Dale tiempo de reposo para que se mezclen bien los sabores y sírvelo bien frío.
Pues con esto pasamos a la acción, descuelga el delantal y adelante.

Ingredientes:
  • 1/2 kg de tomates maduros.
  • 150 gr de miga de pan.
  • Medio diente de ajo.
  • Sal
  • Vinagre de vino o manzana.
  • Media taza de aceite de oliva virgen extra.
  • Jamón picadito para decorar.

Elaboración:

Lava bien los tomates, retira la parte verde y trocéalos. Añade la miga de pan y deja reposar un rato para que se ablande; si está demasiado dura puedes remojarla previamente en agua. 

Corta el medio diente de ajo en 2 o 3 pedazos e incorpora a la mezcla anterior. Pon un poco de sal y un chorrito de vinagre (mejor quedarte un poco escaso y después rectificar que pasarte).

Tritura todo bien y cuando esté añade, poco a poco, el aceite sin dejar de batir para que emulsione bien. Prueba para comprobar el punto de sal y vinagre; además fíjate en la textura y el espesor (recuerda que tiene que quedar más parecido a un puré que a un gazpacho). Si no queda suficientemente espeso, añade un poco más de miga de pan; si es lo contrario, puedes poner un poco de agua o añadir un tomate más. Rectifica también, si es necesario, el aceite. No es difícil coger el punto, sólo es cuestión de ir probando.
Cuando lo tengas, pasa todo por un colador para retirar las pieles y pepitas del tomate y deja que se enfríe bien en la nevera.


Sirve y decora con un poco de jamón muy picadito, unas hojas de albahaca y unas gotas de aceite de oliva.  El huevo cocido también acompaña muy bien este plato.


martes, 3 de junio de 2014

CAZUELA DE PESCADO AL "AZAFRAN TUNECINO"



Entrecomillo el término Azafrán Tunecino porque creo que de azafrán tiene muy poco o nada. En realidad es una especia que me regalaron y ese era el término que figuraba en el envase.
Investigando un poco he llegado a la conclusión de que puede ser cúrcuma mezclada con guindilla o cayena. Os cuento en que baso esta conclusión: 
-El condimento consistente en un fino polvo amarillo moteado por pequeños puntos rojos. Sí, es verdad que da al plato ese color amarillo que recuerda al azafrán, pero el sabor no tiene nada que ver. Además, el punto picante que aporta es otra pista que me hace pensar en la guindilla. 
-El azafrán es una de las muchas especias que se utiliza frecuentemente en la cocina del norte de África y más concretamente en la tunecina, pero la cúrcuma también lo es y además allí se conoce popularmente como "azafrán de los pobres" ya que, como dije antes, lo único que aporta es el color. 
En cualquier caso, me gusta ese puno picante que le da a esta versión renovada de la salsa verde.
¿Cocinamos? Aunque sea a lo pobre.

Ingredientes: (para 4 raciones)

  • 1 pescadilla de 1/1,200 Kg. en rodajas gruesas
  • 8 langostinos o gambones
  • 1 cebolleta
  • 2 dientes de ajo
  • 1 vasito de vino blanco
  • Harina
  • Perejil
  • Pimentón tunecino
  • Un vaso de caldo de pescado
  • Sal
  • Aceite de oliva virgen
  • 4 patatas pequeñas para acompañar


Elaboración:

Trocea la cebolleta bien fina y ponla a pochar en una tartera con 4 cucharadas de aceite de oliva. Deja que se vaya haciendo a fuego lento. En ese tiempo pela los ajos y máchalos en el mortero con unos granos de sal. Cuando la cebolla esté transparente y blandita, incorpora el ajo machado y rehoga un momento sin parar de remover. Añade una cucharadita rasa (de las de café) de pimentón tunecino, riega con el vino blanco y añade también el caldo de pescado; mientras rompe a hervir pon una pizca de sal a las rodajas de merluza y pásalas por harina quitando bien el exceso.
Pica unas hojas de perejil e incorpóralas a la tartera. Pon seguidamente la pescadilla enharinada y deja hervir a fuego lento 3 o 4 minutos. Dale la vuelta a las rodajas, con cuidado para no romperlas,  y coloca los gambones o langostinos encima.
Deja hervir otros 3 o 4 minutos con la tartera tapada.

Mientras se hace el pescado, pela las patatas y córtalas en rodajas de medio centímetro. Pon una cazuela al fuego con 2 dedos de agua. Dispón las patatas en una cesta vaporera, colócala en la cazuela y tapa. Deja que se hagan 8/10 minutos.  
Sirve el pescado acompañado de las patatas y los langostinos.




En esta ocasión he utilizado pescadilla, pero puede hacerse con otros pescados sin problema alguno: merluza, rape, congrio ...