martes, 30 de septiembre de 2014

CROQUETAS: técnica para formarlas.

Siempre que hago croquetas recuerdo a mi madre, sentada a la mesa de la cocina, dando forma a cada trozo de masa, pasándolo después por el huevo batido y por el pan que previamente había rallado. Claro que siendo un plato que formaba parte de nuestro menú cotidiano y teniendo que alimentar a seis bocas en edad de crecer, era algo que ella hacía con relativa frecuencia. Además es una manera ideal para el aprovechamiento de restos y sobras de otros platos; ¿quien no ha comido alguna vez las riquísimas croquetas de los restos de carne del cocido?


Hoy quiero explicaros como formar las croquetas, el método que a mi me resulta más cómodo y efectivo. Empezaremos por dejar la masa en reposo en un recipiente cuadrado o rectangular (yo suelo utilizar un tupper), previamente remojado con agua fría y escurrido para evitar que cuando enfríe se quede pegada. Es mejor que la dejes reposar toda la noche en el frigorífico tapada con film transparente de cocina.




Vuelca la masa con cuidado sobre un plato o bandeja y córtala en tiras de aproximadamente dos centímetros y medio;  espolvorea  la encimera con harina, pon la primera tira de masa y redondea un poco presionando ligeramente con tus manos, como si manejaras un rodillo.






A continuación corta con un cuchillo en tantos trozos como quieras, dependiendo del tamaño que pretendas hacer las croquetas y acaba de darlas forma sobre la harina.


Pásalas después por huevo batido y remata con el pan rallado. Repite el mismo proceso con cada tira.Ya están listas.













Ideas:

Si vas a freírlas inmediatamente después de hacerlas, es mejor que las introduzcas un ratito en el congelador para que se endurezcan.
Fríelas en abundante aceite; introducelas cuando éste esté bien caliente y deja que se doren por todas sus caras. Después de fritas ponlas sobre papel de cocina absorbente para eliminar el exceso de aceite.






martes, 23 de septiembre de 2014

POLLO ASADO A LAS HIERBAS PROVENZALES


Aunque normalmente cocino sola he de reconocer que resulta mucho más enriquecedor y divertido hacerlo con alguien, ya sea compartiendo plato o cada cual con el suyo. Y no sólo porque la opinión de la otra persona te ayude o porque aprendas del compañero/a de turno: recetas, truquillos o simplemente vías diferentes para llega al mismo sitio; todo suma. Pero lo mejor es que acabas compartiendo mucho más que sabiduría culinaria y es que la conversación fluye fácilmente, tocando temas de lo mas variopinto, las risas suelen surgir con frecuencia y se suceden entre mazas de mortero y cucharas de palo, entre fritadas y cocciones y entre consultas y opiniones:

_ Prueba esta salsa. ¿Pongo un poquito más de sal?

_Yo le daría un punto picante.....

Se entremezclan alegremente con el último libro leído, los últimos descubrimientos (en cualquier ámbito), los mejores chollos, las preocupaciones, las alegrías, las dolencias más recientes... Y es que puedo certificar que las cosas compartidas son mucho más interesantes, los chollos: enormes, las alegrías inmensas, y los dolores y las preocupaciones..., los dolores duelen mucho menos y de las preocupaciones te olvidas, aunque sólo sea un ratito.


Ingredientes (para 4 raciones):
  • 4 cuartos traseros de pollo
  • 2 dientes de ajo
  • 1 hoja de laurel
  • 1 rama de romero
  • 1 rama de orégano
  • 5/7 cominos secos
  • 1 o 2 clavos
  • Tomillo seco*
  • Eneldo seco*
  • Un chorrito de vino blanco
  • Sal (mejor gorda) y pimienta negra
  • Aceite de oliva virgen extra
*Puedes sustituir por otras que tengas en casa o te gusten más como perejil, albahaca, etc.


Elaboración:


Pon el pollo, limpio y retirado el exceso de piel y grasa, en una bandeja o fuente adecuada para el horno. Adereza con sal, pimienta negra, el tomillo y el eneldo. Pela los dientes de ajo y máchalos en el mortero junto con la hoja de laurel hecha pedazos y unos granos de sal. Añade el vino y reparte la mezcla por ambos lados del pollo. Introduce en el centro de la fuente la rama de romero y de orégano, los clavos y distribuye el comino. Riega con un chorro de aceite y deja macerar unas 2 horas.


Precalienta el horno a 200º. Introduce el pollo y deja que se haga unos 50/60 minutos. El tiempo depende un poco del horno y del tamaño de las piezas de carne. Sabrás que está en su punto cuando la carne se separe del hueso, entonces pon el gratinador, sube la altura de la fuente y deja que se dore por ambos lados. Tienes que estar muy pendiente para que no se queme. Si ves que se seca demasiado mientras se hace, añade un poco más de vino, incluso un poco de agua, pero ojo, no te excedas o no quedará crujiente.


Un poco de ensalada acompañará perfectamente este plato

jueves, 4 de septiembre de 2014

TRUFITAS DE HIGO CON SORPRESA



No hace demasiados años que descubrí el potencial de los higos como ingrediente en la cocina. Antes, incluso no me gustaban (o eso creía yo).
Lo cierto es que ahora preparo mermelada de higos para todo el año y los utilizo como acompañamiento en varios platos, por ejemplo a la plancha para acompañar una carne o con unas virutitas de jamón; también quedan bien en la pizza, o batidos con helado de nata, con chocolate caliente ....
Es una lástima que la temporada del higo sea corta y éste un fruto delicado que enseguida se estropea.

Este año he innovado con esta receta. Es muy sencilla y rica, puede ser tanto  un postre acompañado con una bola de helado como el acompañamiento del café o infusiones. Será un éxito.

Ingredientes:

  • Higos *
  • Nueces*
  • 1 copa de licor o vino tipo "oporto"
  • Chocolate para fundir (postres)
  • 1 cucharadita de aceite de oliva virgen extra.
  • 1/2 cucharilla de canela molida

*Las cantidades serán proporcionales al número de trufitas que cada cual quiera hacer. Leyendo la receta lo entenderás.

Elaboración:

Pela los higos con cuidado de mantener la parte blanca. Ponlos a macerar en un recipiente con el licor o el vino. No es necesario que los cubra, simplemente los puedes ir girando para que se impregnen del líquido. Mantenerlos un mínimo de dos horas, mejor en la nevera.

Mientras, puedes ir preparando la "sorpresa"; pela unas nueces, trocéalas un poco y cuando pase el tiempo de maceración, introduce unos pedacitos en cada higo. Hazlo con cuidado, por el orificio que tienen en la parte ancha. Reserva el líquido de la maceración. Mezcla también el aceite con la canela y reserva.

Pon unos trozos de chocolate en un recipiente, añade un chorrito del líquido de macerar y calienta en el microondas unos 40/60 segundos (según potencia). Remueve enérgicamente hasta que se ligue bien, añade más líquido si ves que te queda demasiado espeso. Incorpora ahora el aceite con la canela y remueve. Listo.

Baña cada higo en el chocolate. Retíralos ayudándote con unos palillos y colócalos en una bandeja. Maja en el mortero algunos trozos de nuez que te hayan sobrado y espolvorea por encima.
Introduce en el frigorífico y sirve muy frío. Si no tienes mucho tiempo puedes ponerlos un ratito en el congelador.


     Ideas:

  • Prueba también con otros frutos secos: pistachos, avellanas, almendras, lo que más te guste.
  • Presenta sobre los papeles que hay para las trufas. Con la cantidad de diseños que existen seguro que encuentras el apropiado para tu mesa.