martes, 24 de febrero de 2015

FRESONES FLAMBEADOS CON CHOCOLATE

Desde Navidad tenemos ya en el mercado unos fresones de aspecto estupendo y digo de aspecto porque el sabor, para mi gusto, no es el mejor. Claro que no es el momento óptimo de esta fruta que hasta prácticamente el mes de mayo no se presenta en todo su esplendor. Por otro lado el fresón, visualmente muy apetecible, es mucho menos sabroso que la fresa.
Pero no te preocupes que con esta receta casi no se notará la diferencia. Es muy fácil y el resultado te sorprenderá.
Os dejo el enlace al monográfico de fresas que publiqué  con 3 recetas estupendas, para que vayáis probando y la temporada no os pille desprevenidos ... MONOGRÁFICO FRESAS
Mientras tanto disfruta este postre

Ingredientes: (para 4 personas)

  • 16 fresones
  • 2 cucharadas de azúcar moreno
  • Unas gotas de vinagre balsámico
  • Una copita de licor (mejor un poco dulce tipo Licor 43)
  • Una cucharada de aceite de oliva virgen extra
  • Canela en polvo
  • Chocolate para fundir
  • Unas gotas de leche o agua
  • Cubitos de almendra


Elaboración:
Lava bien los fresones, sécalos, quita la parte verde y corta a la mitad de tal forma que te queden dos mitades iguales.
En una sartén ponemos el aceite a calentar; cuando esté añade los fresones, espolvorea con el azúcar y pon unas gotas del vinagre. Deja que se haga el conjunto 3 o 4 minutos e incorpora el licor. Flambea hasta que la llama se apague y sirve en recipientes individuales. Espolvorea una pizca de canela en cada uno y reserva.
Funde el chocolate con la leche o agua, como prefieras y añade a cada recipiente una cucharada sopera mientras esté caliente.
Decora con los cubitos de almendra y ... disfruta.



Idea 
Puedes cambiar los cubitos de almendra por otro fruto seco troceado o incluso por unos cereales bien crujientes.

martes, 17 de febrero de 2015

CORDERO GUISADO (al estilo de casa)


Esta receta es de las que van pasando de una generación a otra y se va manteniendo en su esencia, aunque, lógicamente, cada cual va sumando su "toque" para enriquecerla. Yo la aprendí de mi madre, y me consta que ella de la suya, de mi abuela; grandes cocineras las dos.
Me di cuenta demasiado tarde de lo importante que es el legado culinario. Si bien es cierto que aprendí muchas cosas simplemente observando y sin ser muy consciente de ello, cuando quise preguntar las dudas mi madre ya no estaba. Entonces recurrí a mi memoria, pregunté a los que me rodean y revisé  las libretas y notas que encontré, los libros y revistas que ella a su vez consultó. Pero hay cosas que inevitablemente se han perdido. 
Un poco como consecuencia de ello surge este blog, a parte de otros muchos motivos y circunstancias, claro está.
Cuántas veces me habré preguntado cómo haría mi madre ésto o lo otro. A veces busco la inspiración en su recuerdo y las cosas me salen mejor...

Ingredientes: (para 4 personas)

  • 1 pierna de cordero o 2 paletillas troceadas
  • 4-5 dientes de ajo
  • 1 ramita de romero
  • 1 ramita de orégano
  • 2 hojas de laurel
  • 1 rebanada de pan del día anterior
  • 1 vaso de vino blanco
  • 1 vaso de agua
  • Sal y pimienta negra (molida y 10 o 12 granos)
  • Aceite de oliva virgen extra
  • 2 cucharadas de vinagre (de vino, sidra o manzana)

Para el acompañamiento:

  • 2 patatas
  • Ensalada.


Elaboración:


La noche antes de hacer el guiso salpimenta los trozos de carne; maja en el mortero 3 dientes de ajo con unos granos de sal, trocea con tus manos 1 hoja de laurel e incorpora también al mortero y mezcla bien. Añade un chorro de aceite de oliva y unta el cordero con este majado. Espolvorea algunas hojas del romero y del orégano, riega con un chorrito de vino y deja que macere bien tapado toda la noche en el frigorífico.

Comenzamos calentando 3 o 4 cucharadas de aceite de oliva en una sartén o tartera al fuego; añade 1 o 2 dientes de ajo enteros, sin pelar, solamente dales un golpe seco para que la piel se abra un poco. Deja que se frían a fuego lento para que se aromatice el aceite. Retira y reserva. Dora los trozos de cordero por ambos lados y reserva. En el aceite sobrante fríe la rebanada de pan, cortada en dados, hasta que esté bien doraditos. Pásalos al mortero, pela los dientes de ajo, incorpora y maja todo junto. Mezcla con el vino blanco para que se desintegre bien.

Pon el cordero rehogado en una cazuela, vierte el contenido del mortero, 10 o 12 granos de pimienta, las ramitas de romero y orégano, la hoja de laurel y riega con el vinagre y el agua. Rectifica de sal y deja que hierva el conjunto unos 20 minutos.

Mientras pela y corta las patatas en dados. Fríelas en abundante aceite de oliva a fuego no muy fuerte para que se hagan por dentro y sin dejar que se doren por fuera porque el acabado final lo haremos en el horno. Ponlas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa y espolvorea con un poquito de sal.
Pasa ahora el cordero a un recipiente para horno, si tienes cazuela de barro mucho mejor, reserva la mitad de la salsa y con el resto riega la carne; distribuye las patatas por encima y mete en el horno precalentado a 200º durante 10 o 15 minutos o hasta que se dore ligeramente (depende mucho del horno y también del recipiente utilizado).
Prepara una ensalada verde para acompañar, por ejemplo una base de lechuga, un tomate y cebolleta.


Sirve el cordero con las patatas, salsea y acompaña con la ensalada.

miércoles, 4 de febrero de 2015

GALLETITAS RELLENAS

El aroma que desprenden estas galletas al cocerse en el horno es tan rico que me gustaría que mi cocina oliese siempre así. Claro que yo soy una fanática de la canela, casi más de su olor que de su sabor.

Tenia muchas ganas de hacer galletas de jengibre así que me puse a buscar recetas y buscando encontré una de galletas de mantequilla rellenas; se me antojó hacer galletitas de jengibre rellenas y como le pongo canela a todo lo dulce que cocino pues al final resultaron "galletitas de jengibre y canela rellenas". Lo que hice fue utilizar la base de las galletas de mantequilla añadirle los ingredientes para conseguir el sabor que me apetecía y la técnica del relleno para el acabado. Añadí también la almendra porque estaba dudando si utilizar de base otra receta de galletas de almendra, pero la realidad es que no sé si le aporta demasiado.

Para rellenarlas utilicé dos mermeladas diferentes, ambas caseras: una de higos, que me resultó demasiado dulce y otra de membrillo y manzana, que sin duda fue la triunfadora (por supuesto las dos aromatizadas con canela, no lo puedo evitar). Aunque en la receta no especifico el sabor de la mermelada para que cada cual elija la que más le guste, os aconsejo que escojáis alguna con punto de acidez como fresas, frambuesas...
Moldes también hay muchos para elegir, pero como San Valentín está llegando, el de corazón puede ser una buena opción. Anímate a probar

Ingredientes:
125 gr. de mantequilla
125 gr. de azúcar glass
300/320 gr. de harina tamizada
25 gr. de almendras molidas
1 cucharada de leche
1 huevo (grande)
1 cucharadita de canela molida
1/2 cucharadita de jengibre (en polvo o fresco rallado)
Mermelada para el relleno
Azúcar glass para decorar

Elaboración:
Para comenzar tendremos la mantequilla a temperatura ambiente y la trabajamos hasta dejarla a punto de pomada; entonces incorporamos el azúcar y continuamos batiendo hasta mezclar bien. Añadimos el huevo y sin dejar de batir vamos añadiendo las almendras molidas, la canela y el jengibre. Comenzamos a añadir la harina mezclando todo bien e incorporamos  la leche para que la masa acabe de ligarse bien. Continúa añadiendo harina y amasando hasta que la masa  se despegue de las manos y de la superficie donde la estés trabajando. Puede que necesites añadir un poco más de la cantidad que pongo en la receta o lo contrario, que antes de incorporar toda la harina la masa ya no se pegue.
Divídela en dos partes, haz una bola con cada una, envuélvelas en film y deja que reposen al menos una hora en el frigorífico.
Enharina la superficie donde vayas a trabajar y coloca una bola de masa encima; trabájala un poco para ablandarla y comienza a estirarla con el rodillo hasta conseguir un grosor de 2 mm. como mucho, piensa que al ir dobles cuanto más finas queden, mejor. Comenzaremos cortando las que nos servirán de base; hazlo con un cortapastas o con un vaso, teniendo en cuenta que deberán ser del mismo tamaño que el molde que utilizaremos para cortar las que irán sobre éstas.










Haz la misma operación con la otra bola de masa y córtala ahora con un molde de los que llevan agujero con formas en el centro.

Hornea a 180º durante 12-15 minutos o hasta que queden un poco tostadas, siempre con el horno precalentado. Cuando las saques deja que se enfríen sobre una rejilla. Las que llevan el agujerito central las espolvoreamos con azúcar glass; mejor con ayuda de un colador. Unta las bases con un poquito de mermelada y coloca sobre ellas las agujereadas con su azúcar. Listo