lunes, 1 de diciembre de 2014

Marinar salmón

Encontrarás innumerables formas y recetas para hacer salmón marinado, pero creo que es muy importante saber lo que harás después con ese salmón para elegir una u otra forma.
Se puede aderezar con hierbas, pimienta ...; enriquecer con cítricos: marinando en su jugo, añadiendo ralladura de las pieles; aportar sabor: rallando una pizca de jengibre, añadiendo un chorrito de salsa de soja o una cucharadita de miel ...
En fin, como la lisa es larga, quiero centrarme en el salmón sin atributos, para luego poder añadirle lo que gustemos o integrarlo en otras recetas sin sabores añadidos.
Es muy fácil de hacer y puede darte mucho juego tener a mano unas lonchitas de salmón marinado para, por ejemplo, hacer unas tostas con aguacate, añadir a una ensalada de espinacas y queso de cabra y mil platos más que se me ocurren.
Vamos con ello.

Ingredientes:
  • Un trozo de salmón limpio y sin espinas pero con piel (mejor lomos)
  • Azúcar y sal en la misma proporción
  • Aceite de oliva virgen extra
(No especifico cantidades porque depende del tamaño del trozo de salmón que quieras utilizar)

Elaboración:
Empezaremos por congelar la pieza de salmón. Mantenlo congelado durante 5 días para evitar problemas de anisakis. Una vez descongelado, haremos una mezcla de sal y azúcar al 50% y con una parte de esta mezcla cubriremos la base de un recipiente de tamaño similar a la pieza de salmón. Encima, coloca ésta con la piel hacia arriba y cubre bien con el resto de la mezcla.Tapa bien con film y pon algo de peso encima. Deja 24 en el frigorífico. Pasado el tiempo, retira el salmón, pasa por el chorro de agua, renueva la mezcla de sal y azúcar y repite la operación poniendo esta vez la piel hacia abajo. Deja otras 12 horas.
Vuelve a pasar entonces el salmón por el chorro de agua, seca bien con papel de cocina y lonchea finamente hasta dejar la piel limpia. Vete colocando las lonchas en un recipiente, mejor de cristal, y regándolas con el aceite de oliva virgen.
Y ya tienes un rico salmón dispuesto para hacer mil cosas con él. Consérvalo en el frigorífico.

Si prefieres hacerlo ahumado, compra un producto especial para ello que puedes encontrar en cualquier supermercado y sigue las instrucciones del fabricante.



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